Todos amamos la Salsa Macha pero ¿Cuál es la historia detrás de esta delicia?

¿Añadir especias, sabor y textura a su comida? Entonces que pase la salsa Macha, el aderezo que mejora todo, desde los tacos hasta los huevos fritos, pasando por las verduras asadas, pizza, ensalada y pozolitos.

¿Pero como se creó, esta delicia?
Nos remontamos a Orizaba (una ciudad de Veracruz), donde los indígenas totonacas muelen chiles secos, semillas de sésamo y sal, para obtener una pasta picante y sin aceite. Pero se pueden encontrar versiones de la salsa macha en todo México. En Oaxaca, por ejemplo, se le suelen añadir chapulines para que sea más crujiente. En Colima, el condimento se conoce como salsa de chile de árbol, por el pequeño chile rojo que da a la salsa un toque súper picante, y suele servirse con el pozole blanco de la región.

Y no solo México tiene su salsa especial, incluso la salsa macha también tiene lugar en Asia con el aceite de chile asiático, y podría no ser pura coincidencia:

Durante los siglos posteriores a la conquista de Mesoamérica, Veracruz, habia una importante comercialización en el puerto donde recibía productos de Oriente. Nadie lo sabe con certeza, pero es posible que tanto el aceite de chile asiático como la salsa macha fueran producto de la innovación impulsada por el comercio intercontinental. Una polinización culinaria similar tuvo lugar en Acapulco, donde los barcos españoles trajeron influencias japonesas que aún hoy resuenan en la cocina mexicana.

Se podría decir entonces que la salsa Macha une las raíces de México, con el intercambio cultural y comercial. Cualquiera sea su inicio, invita la creatividad.
Hay muchas más variaciones de la salsa macha en regiones de México. Versiones deliciosas como la que se cocinan nueces y se añade una taza entera de cerveza, al preparado, dándole un toque dulce y crocante.
Dime qué ingredientes tiene tu Macha y te diré de dónde vienes.

Tamara Malano