El origen de los bombones ¿de dónde viene esta delicia?

De acuerdo con la Asociación Nacional de Confiteros, se tienen registros de que en el antiguo Egipto ya comenzaba a disfrutarse de los bombones, por allá del año 2000 A.C., sólo podían ser consumidos por la realeza y ofrendados a los dioses.

La creación de los bombones tenía como base principal la raíz de una planta, la malva, originaria de Asia y Europa, la cual secreta una savia que, al batirse con nueces y miel, creaba una masa viscosa y dulce que podía solidificarse y tomar una forma esponjosa.

 Sin embargo, el proceso para obtener la mezcla era demasiado tardado, lo que causó un problema a la hora de comercializarlo al público general.

Fueron los franceses, a finales del siglo XIX, quienes descubrieron una manera más simple de crear malvaviscos tras tener problemas para cubrir la alta demanda de sus comensales al preparar las piezas con la savia de malva y un molde de caramelo esponjoso.

 En lugar del caramelo, utilizaron maicena modificada, y suplantaron la malva con gelatina, lo que le dio una forma más estable y sólida a los bombones.

Se volvieron un agasajo total en Estados Unidos a principios del siglo XX con su nuevo método de fabricación, el cual fue perfeccionado en 1948 por Alex Doumak, un emprendedor quien combinó el proceso de extrusión, que sirve para dar forma a una masa metálica o plástica haciendo pasar el producto por aberturas de diversos tamaños, según la Real Academia Española, con el de preparación de los malvaviscos.

Lo que hizo Doumak fue poner los ingredientes en una mezcladora mecánica para luego pasar el resultado por tubos para que le dieran forma de cilindro, el cual sería al final cortado a partes iguales por otras máquinas antes de envasarlos.