El arte detrás del café instantáneo
13 de agosto de 2023
El café es un compañero infaltable en nuestras mañanas, perfecto para mantenernos alerta y un cómplice único en momentos de compartir. Mientras que algunos optan por el café de grano molido, la opción rápida y conveniente de prepararlo es el café instantáneo, que solo requiere agregar agua caliente. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo llega este producto a tus manos?.
La historia del café tiene sus raíces en el siglo XII, cuando Kaldi, un pastor etíope, notó que sus cabras adquirían energía tras consumir unos extraños frutos: granos de café. A lo largo de los siglos, los árabes perfeccionaron la transformación de estos granos, y en el siglo XVII, los mercaderes venecianos llevaron esta bebida a Europa.
En 1881, Satori Kato, un químico estadounidense de origen japonés, presentó el primer café instantáneo. Sin embargo, el sabor no fue del agrado del público. Años después, Federico Lehnhoff y George Constant Louis Washington intentaron comercializarlo, pero no lograron convencer a los amantes del café, ya que no se comparaba con el sabor del café de grano.
Fue en 1938 cuando Nestlé mejoró la mezcla y sabor, abriendo camino en el desayuno, la cena e incluso en el campo de batalla durante la guerra, donde los militares requerían cafeína rápida y eficiente.
Si bien los beneficios del café de grano son conocidos, existe cierta preocupación sobre el café procesado, incluyendo el café instantáneo. Se ha mencionado que este último podría aumentar el riesgo de cáncer debido a la acrilamida, una sustancia química potencialmente dañina que se forma al tostar granos de café. Sin embargo, los niveles de acrilamida en el café instantáneo son mucho menores que los niveles perjudiciales, según la Journal of Nutrition and Cancer.
Además, el café es una fuente rica en antioxidantes y bajo en calorías, según la revista Healthline.
El café instantáneo está hecho completamente de granos de café. Antes de iniciar la fabricación, los granos pasan por un control de calidad, se tuestan, muelen e infusionan para convertirse en solubles.
La clave está en eliminar el agua del producto infusionado, convirtiendo los granos de café en cristales deshidratados para lograr su instantaneidad. Esto se logra mediante dos métodos: deshidratación por aspersión y deshidratación por congelación.
En el primero, la infusión se rocía en una torre con aire caliente y seco, evaporando el agua rápidamente y dejando polvo de café. En pocas palabras, se trata de una infusión concentrada y luego se elimina el agua.
Ahora que comprendes el proceso, puedes disfrutar de una rica taza de café instantáneo sin preocupaciones. Prepáralo fácilmente desde la comodidad de tu hogar y descubre la magia de una taza de café en segundos.
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Beili Guerrero