Explorando el universo culinario del caldo de pollo
4 de diciembre de 2023
El caldo de pollo, conocido como sopa de pollo o caldo de gallina, es mucho más que una deliciosa sopa; es un remedio casero apreciado en todo el mundo. Esta reconfortante preparación, a menudo enriquecida con trozos de carne, granos de arroz o cebada, pasta, zanahoria amarilla, apio y cebolla blanca, se ha convertido en un recurso popular contra los enfriamientos y catarros.
Descubriendo las distintas regiones culinarias, en la cocina china, el caldo de pollo se eleva a nuevas alturas al incorporar jengibre, cebolletas, pimienta negra, salsa de soja, vino de arroz y aceite de sésamo. La sopa de pollo coreana, conocida como Samgyetang, va más allá de ser un remedio; su elaboración con ginseng, frutos secados de jujube, ajo, jengibre y arroz glutinoso la convierte en una medida preventiva contra enfermedades en Corea del Sur.
En Colombia, este guisado se erige como una variante regional destacada, elaborada con caldo de pollo, maíz, bruños y la hierba guascas, enriqueciendo así la tradición gastronómica colombiana.
Perú, el Caldo de Gallina tiene raíces que se remontan al siglo XIX, mencionado por el renombrado Ricardo Palma. Su evolución desde un plato revitalizante en el mercado de la Parada hasta convertirse en una delicia apreciada en cualquier momento del día refleja su ascenso en popularidad y aceptación social. La década de los 80 marcó el surgimiento de los primeros restaurantes «Caldo de Gallina 24 horas» en diversas partes de la capital peruana, transformando este plato en una elección perfecta para cualquier hora del día.
La «chicken noodle soup» es una recomendación común para aquellos que enfrentan gripes o malestares similares. El suave sabor del caldo de pollo con pasta, y a veces con verduras como zanahorias o apio, se ajusta a las preferencias de quienes buscan alivio durante la enfermedad.
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Fernando Villegas