Conoce el origen del cuernito o croissant y su llegada a México

La historia del cuernito, conocido también como croissant, tiene sus raíces en la pastelería francesa y austríaca, destacando su característica textura hojaldrada y su forma de media luna. Aunque la invención exacta del croissant es objeto de debate, se cree que se originó en Viena, Austria, durante el siglo XVII, con la técnica de laminado de masa que le otorga su peculiar estructura.

Se le vincula con el sitio otomano de Viena en 1683. Se dice que, como agradecimiento por alertar a la ciudad sobre un inminente ataque turco, los pasteleros vieneses crearon este pastel imitando la forma de la media luna presente en la bandera otomana.

A finales del siglo XIX, el croissant ganó popularidad en Francia, donde los panaderos refinaron y perfeccionaron la receta. El término «croissant», que significa «creciente» en francés, hace referencia a su forma única. La delicia hojaldrada se convirtió en un símbolo icónico de la pastelería europea y se extendió por todo el mundo.

Su llegada a México, el croissant ingresó a través de la influencia francesa en la gastronomía mexicana. Durante el periodo colonial y más tarde, con la migración de chefs y la difusión de la cultura culinaria, el croissant se integró gradualmente a la escena panadera mexicana, donde ha encontrado un lugar permanente entre los favoritos de la repostería y que puedes encontrar en cualquier panadería para poder acompañarlo con un rico café calientito.

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Por María Gutiérrez