Las palomitas acarameladas son una botana irresistible, perfecta para disfrutar en casa mientras ves una película o como un snack dulce para compartir con amigos y familiares. A continuación, te explicamos cómo hacerlas desde cero:
Ingredientes:
1/2 taza de maíz para palomitas
2 cucharadas de aceite vegetal
1 taza de azúcar
1/4 taza de mantequilla
1/4 taza de agua
1 cucharadita de extracto de vainilla
1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio
Una pizca de sal (opcional)
Instrucciones:
Preparar las palomitas:
En una olla grande con tapa, calienta el aceite a fuego medio. Una vez caliente, agrega los granos de maíz para palomitas. Cubre la olla con la tapa y sacúdela ocasionalmente para evitar que se quemen. Cuando escuches que las palomitas dejan de explotar (aproximadamente 3-4 segundos entre explosiones), retira la olla del fuego. Pon las palomitas en un bol grande.
Hacer el caramelo:
En una sartén a fuego medio, derrite la mantequilla. Añade el azúcar y el agua, revolviendo constantemente hasta que el azúcar se disuelva. Una vez que la mezcla empiece a hervir, deja que se cocine sin remover por unos 5-7 minutos, o hasta que el caramelo adquiera un color dorado.
Incorporar la vainilla y el bicarbonato:
Retira la sartén del fuego y añade con cuidado el extracto de vainilla y el bicarbonato de sodio. El bicarbonato hará que el caramelo burbujee y se espese ligeramente, dándole esa textura aireada que buscamos. Mezcla bien hasta que el caramelo esté suave y uniforme.
Cubrir las palomitas con caramelo:
Vierte el caramelo caliente sobre las palomitas preparadas. Usa una espátula o cuchara grande para mezclar suavemente, asegurándote de que todas las palomitas queden bien cubiertas. Hazlo con cuidado, ya que el caramelo estará muy caliente.
Dejar enfriar:
Extiende las palomitas acarameladas sobre una bandeja forrada con papel encerado o pergamino. Deja que se enfríen durante unos 15-20 minutos para que el caramelo se endurezca y las palomitas adquieran su característica textura crujiente.
¡A disfrutar!:
Una vez que estén frías y crujientes, rompe las palomitas en trozos grandes y sírvelas. Puedes almacenarlas en un recipiente hermético por varios días, pero lo más probable es que se acabarán.