La lima: un toque cítrico de frescura

La lima se distingue por su sabor ácido y refrescante. Aunque a menudo se confunde con el limón, la lima tiene un sabor más suave y menos amargo, lo que la convierte en un ingrediente muy apreciado en diversas cocinas del mundo.

Existen varias variedades de lima, pero las más comunes son la “lima persa” (de cáscara verde y sin semillas) y la “lima kaffir”que es más pequeña y utilizada principalmente en la cocina tailandesa y del sudeste asiático.

Originaria del sudeste asiático, se cultiva en climas cálidos y tropicales, y es especialmente popular en regiones como América Latina, el Caribe, el Medio Oriente y Asi.

Además de su uso culinario,
tiene propiedades nutricionales destacables; es rica en vitamina C, un antioxidante que fortalece el sistema inmunológico, combate el envejecimiento celular y ayuda en la absorción de hierro. También contiene pequeñas cantidades de otros nutrientes como calcio, potasio y ácido fólico.

En la medicina tradicional, se ha utilizado durante siglos para tratar diversas afecciones, desde problemas digestivos hasta resfriados. Su jugo, por ejemplo, es considerado un remedio natural para aliviar la tos y la congestión nasal.

Volviendo a la lima mucho más que una fruta, su versatilidad, sabor refrescante y propiedades beneficiosas la convierten en un ingrediente esencial en la cocina y la salud, siendo apreciada en todo el mundo por su capacidad de realzar sabores y aportar un toque vibrante a cualquier preparación.

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Lu García