Café turco: historia en cada taza
28 de diciembre de 2024

El café turco es una tradición que trasciende fronteras y ha perdurado a lo largo de los siglos como una de las bebidas más emblemáticas de la cultura de Oriente Medio.
Su historia, se remonta al siglo XV, cuando el café comenzó a ser consumido en la región y, poco a poco, se transformó en un ritual social.
A diferencia de otros métodos de preparación, el café turco se muele hasta obtener una textura extremadamente fina, casi como polvo, lo que permite que los granos liberen toda su esencia durante el proceso de cocción. El café se prepara en un recipiente especial llamado cezve, que es una pequeña olla de cobre o latón con un mango largo. En ella se mezcla el café con agua fría y azúcar, si se desea, y se calienta lentamente sobre una fuente de calor.
La cocción del café turco es un arte en sí mismo. Es crucial no dejar que el líquido llegue a hervir de inmediato, ya que el objetivo es lograr una espuma densa y sedosa en la parte superior sin que el café se desborde.
El proceso, que puede repetirse varias veces, es parte de la experiencia y le da al café un sabor único y profundo. Una vez listo, el café se sirve en pequeñas tazas, donde los sedimentos quedan en el fondo, lo que le da una textura sedosa y un sabor intenso.
Además, el café turco ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que subraya su importancia no solo como una bebida, sino como una parte integral de la identidad cultural y social de Turquía.
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Lu García