Platillo hecho por mexicanos podría viajar a Marte

Una convocatoria cuyo curioso y llamativo nombre es el inicio de la historia de una par de chefs mexicanos que podrían marcar un un precedente en la gastronomía mexa y en sus vidas mismas, pues podrían llevar su creación a un expedición a marte.

La convocatoria de «La papa marciana» fue lanzada por la Fundación de Albireo de Cultura Científica y el Ayuntamiento de Alcalá de Henares en España, además de sus universidades y centros gastronómicos, en conjunto con el Centro de Astrobiología asociado a la Nasa. El objetivo era cumplir con ciertas características para que fueran funcionales y prácticos para los astronautas.

Algunas de las características a cumplir es contar con aporte calórico, peso de los ingredientes, información nutricional, materias primas, almacenamiento y contar con un gasto mínimo de energía para cocinarlo, respondiendo a las condiciones y necesidades del espacio exterior.

Bajo estas condiciones los Chefs Brayan Arturo Pérez Morales y Carla Schettino Sánchez, recién egresados de la licenciatura en gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana merecieron el primer lugar con el plato “La papa que quiso ser albóndiga”, y la “Mención Honorífica” con el postre “Potabrü- D” respectivamente.

Sobre la papa que quiso ser albóndiga, el creador mencionó “Es una de lo mucho que podemos alcanzar, sobre cómo los profesionales de la cocina podemos profundizar en otras áreas que abarcan las científicas y no solo ubicarnos en la cocina. Mi platillo consiste en tres albóndigas de papa con machaca de res y una mezcla de chile guajillo, chile ancho y cascabel, de tal manera que un platillo para cuatro personas tomaría unos 45 minutos, y freírse sería en una parrilla convencional de .60 kilowatts por hora”.

Por otro lado, los organizadores del evento adelantaron que aunque no hay un viaje próximo, los avances representan un gran logro para la gastronomía y su intervención en otras áreas.

“Ahora mismo no hay un viaje concreto en un futuro inmediato, pero tenemos la esperanza, pues servirían como inspiración de lo que se puede llegar a cocinar en Marte. Este tipo de proyectos sirven para sentar las bases de mejores condiciones de vida, mejores condiciones científicas, son ´pruebas de concepto´ para futuras recetas espaciales, son posibles soluciones para utilizar la mayor cantidad de nutrientes y vitaminas necesarias con el mínimo de ingredientes y condiciones, pues enviar 100 gramos al espacio de materia prima cuesta 7 mil dólares en promedio”

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